Wicked Game
Capítulo 1.
Otra vez, no lo podía creer… ¿Por qué siempre me pasa a mi? Oía gritos en mi cabeza que no paraban de decirme…
—¡Házlo! ¡Házlo!
Yo no quería y ni lo iba a hacer, porque… a todo el mundo le pasa, o eso creo… ¿no? Pero el problema no es otro… es que no me lo podía imaginar que me viniese de mis mejores amigas…
Otra vez desfilaba con mi peluche destrozado en las manos, algo que era obio en mi, porque él, era el que mejor me comprendía y conllevaba mi dolor con él. Marchaba hacia la habitación de mi hermano pequeño, ocho años menor que yo, únicamente aspiraba a pillar mi diario y mis cascos con el móvil para sentir la música fluyendo por mis venas y leer mi asco de vida para arrinconarme de mi dolor… La razón de que guardara todo eso en el cuarto de mi hermano, era que bajo su cajón de juguetes nunca nadie miraba y mis padres de mi, esperaban una niña perfecta, cosa que yo odio, ¿por qué? Porque la perfección, no existe…
Era la inconfundible imagen amarga, pero más cambiada… Una niña con los cabellos dorados en dos coletas mal hechas que lucía un camisón blanco de pijama y caminaba con unos zapatos de andar por casa decolorados y encima, gozaba de un peluche, el dichoso oso de peluche maletructurado entre las manos mientras adquiría unos cascos monumentales en la cabeza oyendo black metal a tope de volumen… sí, esa era mi vida, además, daba aún más aprensión con mis rasguños en las manos, hechos por mi gata Goty… La verdad es que no me gustaba esa imagen, pero se repetía unas cuantas veces al mes pero lo único bueno de ésta vez es que eran las diez de la noche y no las doce…
Empezaba a leer y a leer, incluso partía ya por capítulos, porque los errores que cometo, son infinitos y mi diario, ya no éra como el franco cuento de los tres cerditos, éra ya tan grande como la novela de la “Princesa prometida”, incluso más…
Cerré mi la obra de mi vida y recordé la primera vez, sí, la primera vez fue la más espantosa que cumplí, y por fin en algo, soy perfecta ¿y en qué es? Pues es en esto…
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